Estado fallido

Tanque de una milicia rebelde de Libia después de la primera guerra civil que azotó al país. Después de la caída de Muamar el Gadafi, Libia cayó sumida en el caos y la crisis política, económica y social, llevándola a adentrarse en una segunda guerra civil; es el mejor ejemplo de Estado fallido de los años 2010.

El término Estado fallido es empleado por expertos, políticos, periodistas y comentaristas políticos para describir un Estado soberano que, se considera, ha fallado en: garantizar el funcionamiento normal de la administración general, estabilizar la economía, garantizar el acceso a servicios básicos a su población y controlar la criminalidad y/o terrorismo entre otros. Se mide el fracaso de un estado con los siguientes parámetros:

El grado de control gubernamental que se necesita, para que un Estado no se considere como fallido, presenta fuertes variaciones.[2]​ Más notable aún, el concepto mismo de Estado fallido es controvertido, sobre todo cuando se emplea mediante un argumento de autoridad, y puede tener notables repercusiones geopolíticas.[2][3]

En un sentido amplio, el término se usa para describir un Estado que se ha hecho ineficaz, teniendo solamente un control nominal sobre su territorio, en el sentido de tener grupos armados (e incluso desarmados) desafiando directamente la autoridad del Estado, una burocracia insostenible e interferencia militar en la política.

  1. «Corrupción judicial». 
  2. a b Patrick, Stewart (2007). «'Failed' States and Global Security: Empirical Questions and Policy Dilemmas». International Studies Review (Blackwell Publishing) 9: 644-662. 1079-1760. 
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